Truco de motivación #2: El desayuno de ya valió madre

Porque sí, a veces las cosas simplemente ya valieron madres. Sin oportunidad de apelación, ni chance de solución, algunas veces simplemente todo se va al caño. Te quedaste sin trabajo, ya sea que hubo recorte de personal, tu contrato era temporal o amablemente te dijeron que ya te podías retirar, terminaste de último en algún concurso, tu novix te mandó a contar orcos a mordor…

Sea por la razón que sea, cuando algo se va al caño no podemos evitar sentir ira, frustración, decepción, o una mezcla de todo lo anterior y otras 100 emociones distintas.

Mi hermana y yo tenemos un pequeño antídoto para eso y lo llamamos el desayuno de ya valió madres. Así, tal cual. Cuando una etapa importante termina de forma negativa, o  algo no sale de la manera que esperábamos, apartamos una mañana, elegimos un buen restaurante y nos damos el atascón de YA VALIÓ MADRES.

Los chilaquiles verdes con pollo de ya valió madres

Porque…

1. Las penas con pan son menos
2. Somos demasiado glotonas
3. Las penas con pan y buena compañía son definitivamente menos.

Y aunque al final del desayuno seguimos sin trabajo, sin novix, sin premio, a lo mejor hasta sin dinero, al menos funciona como un colchón para amortiguar el golpe de la caída, para reducir las emociones negativas y para sacar algo bueno de un hecho negativo que ya no podemos cambiar.