Pues va de que ningún cuento, poema, historia, sirve de nada guardado en un cajón o empolvándose en los rincones más oscuros del disco duro de una computadora. Para que un texto sirva de algo debe ver la luz del día, alcanzar los ojos de alguien – algo más que los ojos, si tenemos esperanza-.
Les presento así una serie de fantasías distópicas – a veces serán utópicas, hay que tener fe- que pongo a su disposición con el fin que más les convenga a ustedes – excepto el plagio, claro está, eso no sería nada cortés de su parte-.
Esperen al menos una publicación nueva cada semana, y no duden en dejar sus comentarios por ahí.
¿Te he dicho que me caes bien? Jajaja
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No lo suficiente, pero te perdono porque sé que estás ocupada 🙂 jajaja
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Recién encontré tu blog pero me encanta como escribes, creo que pasaré por aquí muy seguido
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Muchas gracias y bienvenido. Siempre es agradable tener y conocer a más gente por aquí. Yo también me daré vueltas por el tuyo. ¡Un saludo cálido!
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