Truco de motivación #1: El corcho de la motivación

La motivación es una pequeña cosa escurridiza, que viene y va todos los días, se nos pierde por momentos y regresa eventualmente -con suerte-. Algunos días nos sentimos como una bomba de energía, llenos de optimismo y reventando hasta la médula de positividad ante la vida. Otros días…

Por suerte, hay algunos truquitos que nos pueden dar esa patada de motivación que tan desesperadamente necesitamos en ocasiones. Uno de ellos es el corcho de la motivación. El nombre se explica solo. Hoy les quiero compartir el mío.

El punto es llenarlo de cosas que nos recuerden la razón por la que nos levantamos todos los días, las metas que tenemos, los objetivos que buscamos alcanzar. No solamente funciona para levantarnos el ánimo, sino que es una manera efectiva de programar al cerebro. Todavía mejor si lo colocamos en un lugar que podamos ver rápidamente al despertar.

Por ejemplo…

… en mi corcho tengo un par de dibujos hechos para mí por mi hermana cuando era más chica, y por mi prometido en una servilleta cuado estábamos en un café. Me recuerda que lo importante, ante todo, son las personas que me rodean y los momentos que paso gracias a ellos.

Aquí tengo un par de boletos del concierto de la violinista dubstep, Lindsey Stirling. Me encanta guardar los tickets de eventos como éste, porque mi memoria es la peor, y cuando los encuentro en mis cajones o en mi corcho, me recuerda lo divertidos que fueron y que vale más invertir el dinero en experiencias, que en objetos.  Tengo también un dibujo rápido hecho por mí, para recordarme a mí misma que debo dedicarle tiempo a mis hobbies y pasiones. Y, por último, los boletos de una boda a la que asistí con mi novio, donde pasaron muchas cosas divertidas para los dos.

Guardo un lugar en el corcho para algunos escritos impresos con retroalimentación de maestros escritores. Me recuerdan que, aunque todavía tengo un largo camino que recorrer y mucho por mejorar, hay cosas que estoy haciendo bien, fortalezas y puntos a mi favor. Que tengo motivos para no renunciar a esto de escribir y que solamente queda mejorar, intentar cosas nuevas y seguir adelante.

También me sirve como un recordatorio de lo importante que es conseguir mentores. Sin importar cuál es el camino que queremos seguir o la meta que buscamos alcanzar, es muy importante buscar y elegir un buen mentor. Saber escucharlo con la mente abierta, seguir sus consejos y apoyarnos en él para crecer como solos no lo haríamos nunca – o nos tomaría mucho más tiempo-.

Tengo un par de postales de The Black Coffe, porque, como diseñadora gráfica, el estilo visual me pareció muy atractivo y estético. Me motiva a mejorar mis habilidades y conseguir resultados similares. Y porque amo el café, claro.

Tengo también una foto del parque temático de Harry Potter, en Orlando, porque mi hermana y yo tenemos la meta de ahorrar para visitarlo juntas. Mezcla dos cosas que son importantes para mí; mi familia y conocer nuevos lugares y experiencias.

Y finalmente, tengo algunos recuerdos de un viaje que hice hace un año a Nueva York. Lo que más disfruté, sin lugar a duda, fue el lado artístico y cultural de la ciudad.

Una experiencia invaluable, para mí, fue haber tenido la oportunida de ver la obra favorita de mi pintor favorito; La noche estrellada, de Van Gogh, y la obra musical de Los miserables. Estos panfletos, boletos y postales no solamente llevan anclados todos los recuerdos de aquel viaje, sino también el recuerdo de que, ante todo, quiero seguir aprendiendo todos los días. Quiero leer más, escuchar más, ver más y saber más.

En mi experiencia, el método del corcho es muy bueno. Nos ayuda a poner más en claro lo que en realidad importa para nosotros, y no volver a olvidarlo. Es un constante mensaje para nuestro cerebro, para programarnos todos los días a enfocarnos en lo que realmente queremos y vivir cómo en realidad queremos.