¿Han escuchado hablar de la Teoría de la Simulación? Nosotros sí, y por eso decidimos escribir este cuento al respecto en el Jardín Blanco. No se lo pierdan 🙂 A lo mejor ustedes no son nada más que un elemento virtual en una simulación…
Ana pagó por el vestido con la tarjeta de crédito de su padre. Era el vestido de graduación que toda chica sueña; rojo, largo hasta los tobillos y con un escote hermoso. Se había pasado un poco del presupuesto, vaya, pero su padre seguro la perdonaría por ello. A final de cuentas, una no se gradúa de la escuela de medicina todos los días.
Salió de la tienda y caminó un par de pasos, pero algo crujió bajo su pie y Ana perdió el equilibrio.
– Demonios.
El tacón derecho estaba roto. Y eran unos zapatos prácticamente nuevos. Justamente el par que tenía planeado utilizar en el evento. Ana sujetó el zapato con una mano y el tacón roto con la otra. No tenía remedio. Maldijo de nuevo. Tendría que comprar también un par de zapatos… con la tarjeta de crédito de papá. De acuerdo, tal vez sí la reprendería…
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Tiemblo mientras me palpo. ¿Seré humana o una combinación de unos y ceros (siempre binaria) en las inmensidades de la Matrix?
Besos temerosos de saber la verdad
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Yo me pregunté lo mismo. Decidí refugiarme en el principio de Descartes, aunque no quedé convencida del todo. Supongo que nunca lo sabremos por seguro. Un beso, Vero 🙂
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